Bonito palabro

 

Muchos ya sabéis que el nombre del blog procede de una expresión de un muchacho de mi pueblo que, en lugar de pedir calma al personal, reclamaba»tranquilación». «Tranquilación» no es una palabra correcta, evidentemente, porque el sufijo -ción crea sustantivos deverbales (ya que significa «acción o resultado» del verbo del que procede) y no existe el verbo *tranquilar. De todas formas, es un bonito palabro.

También decía el mismo sujeto, una noche que alguien le señaló la constelación de Orión, que menudo «astrógolo» estaba hecho. Otro de allí nos hizo un «coscris» (rectius: «croquis»), para llegar a cierto lugar.

La metátesis (cambio de lugar de los sonidos de una palabra), es una de las fuentes más graciosas de gazapos que se conoce. No hace mucho, en la radio, pude escuchar a un señor, sin duda excelente profesional, que se presentó como «golopeda» (en vez de «logopeda»). Lo oí en una sección del programa matinal Hoy por hoy, de Cadena Ser, que se llama «Unidad de vigilancia lingüística», donde se rastrean las meteduras de pata de los medios de comunicación y se corrigen, con humor, las detectadas por los oyentes en este u otros programas.

Os dejo aquí algunos ejemplos al azar para que paséis un buen rato:

Unidad de vigilancia 1

Unidad de vigilancia 2

Unidad de vigilancia 3

En ocasiones, los cortes son muy graciosos. Lo último que me llamó la atención fue un periodista desplazado al lugar de un suceso que aseguraba que la policía había realizado una exhaustiva tarea interrogando a todo el mundo «por si alguien o algo había visto los hechos y podía facilitar información». Me imagino al policía de turno, libreta en mano, preguntando a una farola si los delincuentes eran altos o bajos, rubios o morenos…

Aunque no se libran ni los programas de debate político (donde se «abren lanzas por» alguien en vez de romperlas, y cosas de esa guisa), hay otros espacios televisivos que no pueden dejar indiferente a un buscador de bonitos palabros. No solo tenemos «Princesas de barrio» con su «a tope de power», las pésimas retransmisiones deportivas o los debates del corazón. El clásico sigue siendo Gran Hermano, y para muestra un botón (Laura es un desastre leyendo las preguntas del Trivial).

Al próximo que me pregunte para qué sirve mi asignatura, lo mando a GH, conste.

Hay otras fuentes inagotables de palabros. Me estoy refiriendo a los bisbales de temporada. Una confusión muy conocida fue la de la insigne modelo Sofía Mazagatos, Miss Madrid en tiempos, que decía estar «en el candelabro», porque no conocía el vocablo «candelero», aunque oía campanas. Jesulín de Ubrique, ese torero, resumía no sé qué en dos palabras: 1. IM; 2. PRESIONANTE. Pero mi favorito es Bisbal, que además me cae bien. Hace nada afirmaba que algo en su trayectoria profesional le costó «trabajísimo».

No creáis que os libráis (seguro que yo tampoco). Este fin de semana he corregido vuestros exámenes y hay unas cuantas muestras nada despreciables. El año pasado, se hizo un concurso de bonitos palabros. El ganador era castigado por el resto de la clase, con orden y concierto, claro. La palabra más espeluznante fue, precisamente, «espeluznoso». Os animo a recoger los palabros propios y ajenos, del instituto y de fuera, y señalarlos poco a poco en comentario a esta entrada. Se apreciará el sentido del humor, concretamente, la capacidad de reírse de uno mismo. Además, mejor poner las meteduras personales que esperar a que otro las suba. Es más elegante.

Vale.