El humor supone en buena medida una subversión de valores que produce extrañamiento o desautomatización, exactamente igual al que puede generar la buena literatura –una figura literaria esmerada o un buen verso–, pero con una finalidad diferente. Por eso vamos a analizar las situaciones que se producen en los anuncios de una de las mejores campañas con apelación a lo cómico que he visto en muchos años y las interpretaremos como actos comunicativos fallidos –o no–, deduciendo de cada una las funciones del lenguaje allí presentes o predominantes, sus propiedades discursivas, en especial la adecuación, y el proceso que conduce desde la descodificación (pasando por la ampliación contextual o explicatura y por la inferencia de posibles implicaturas), a la interpretación del mensaje por parte del receptor, deteniéndonos en cada elemento de la comunicación.
Campaña de Ameriquest Mortgage Company: «Don’t judge too quickly» (i. e. no juzgues precipitadamente)
Ahora, vamos a comprender la campaña, cada uno de los anuncios –y no solo su contenido– como un acto comunicativo ostensivo de carácter argumentativo (publicitario, persuasivo), que resultará más o menos acertado según logre sus propósitos comerciales o propagandísticos.
Para finalizar hemos dejado uno de los aspectos más difíciles de explicar. El ejercicio que os propongo es el siguiente: Se trata de que expliquéis –por escrito– de manera minuciosa, con extremada morosidad, los resortes del humor de cada una de las escenas. Es más difícil de lo que parece. Ánimo.