La imagen en periodismo


Creo que ya he dado muestras de mi creciente preocupación por las relaciones entre periodismo y verdad, y no es necesario insistir, pero hay ejemplos sonrojantes tan a menudo que no me resisto a poner un par porque, de no ser por las posibilidades que ofrece internet, hoy pensaría que nadie ha hecho huelga y que a la calle salieron dos o tres afiliados a los sindicatos convocantes de la manifestación, que es justo lo que piensan quienes no contrastan la información.

La imagen, por supuesto, es determinante. No es que valga más que mil palabras, es que las refrenda y persuade al lector, que toma la información por verdadera pues sus ojos no le pueden engañar. No obstante, uno puede tener ciertos problemas de comprensión del mundo ante imágenes como estas, referidas a la misma realidad:

La pregunta obvia es qué portada resulta más sencillo manipular. Y a qué intereses responde hacerlo, por supuesto. Me parece que no hay duda. La foto de los solitarios representantes de C.C.O.O. no da cuenta de los 850.000 ciudadanos que Interior ha reconocido que se movilizaron ayer. Pero no me sorprende este intento. Ayer, a las siete de la mañana, ya aseguraba en Twitter Pedro J. Ramírez que la huelga era un fracaso. Es curioso. Le  indiqué que, en la misma línea visionaria, yo ya había visto la portada de su periódico y, aunque no concreté que estaba seguro de que incluiría un plano americano (tres cuartos) de la cabecera de la manifestación, como la que inequívocamente viene ilustrando las manifestaciones sindicales contra las políticas del Partido Popular, acerté. Si tantas dotes tiene, bien podría ganarse las habas en cualquier programa nocturno al lado de Sandro Rey.

Muestras de desprecio a la inteligencia ha habido por doquier. Quizá una de las más llamativas ha sido el telediario que ofreció anoche, nada más reanudar su emisión, Telemadrid. Después de haber pasado 24h. volcada a negro, tuvieron arrestos para sostener, a tuerto o a derecho, que la normalidad había presidido el día de huelga. Supongo que estaba previsto que su programación no diera más que una imagen fija en todo el día, con lema relativo a que estaba suspendida por la huelga general. Lo malo es que habrá gente que se lo creerá. O que se lo querrá creer.

Pero además se trató de prevenir que la imagen pudiera llegar a garantizar una información objetiva. Ayer, de manera insólita, se hizo aterrizar al helicóptero de la empresa que siempre graba las imágenes aéreas de las manifestaciones ciudadanas en la calle, sin más alegación que «razones operativas» y sin posibilidad alguna de reacción, pues era «una orden». En este sentido se pronuncia en Twitter Rafael Torres: «El Secretario de Estado de Seguridad ha prohibido que nuestro helicóptero diera imágenes de la manifestación teniendo todos los permisos». «El Secretario de Estado de Seguridad nos ha obligado a aterrizar para que no salieran imágenes aéreas de la manifestación». «Orden de aterrizar y punto, no hay más; hemos llamado para pedir responsabilidades, y nos dicen que es una orden». Rafael Torres es Director comercial de CoyotAir Helicópteros y, como añade en otro tuit: «Lo único que puedo decir es que damos el 90% de imágenes aéreas de este país y nunca ocurrió nada parecido». Entre las imágenes que ha proporcionado esta empresa se cuentan, por ejemplo, las de la visita del Papa o las del desgraciado 11-M.

Pero contrastar la información no siempre es sencillo. La repercusión de esta huelga parece, en palabras del Gobierno, muy inferior a la de anteriores convocatorias. Se basan, para ello, en datos objetivos relativos al consumo eléctrico. Pues bien, no tengo empacho en decir como mínimo que la situación no está tan clara, a juzgar por los datos suministrados por la propia Red Eléctrica. Si tenéis unos minutos, leed este artículo y este otro y reflexionad.

No exactamente en la misma dirección de la prensa española, la prensa extranjera habla de «marea humana». Por ejemplo: Le Figaro.

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P.S.: En la misma línea, sirvan estas palabras de Aranda, ganador de World Press Photo 2011:

Pongo un ejemplo. Cuando Hamas ganó las elecciones en Gaza, había miles y miles de personas en las calles celebrándolo. Desde niños bailando, gente con banderas, los festejaban con comidas improvisadas en las aceras… un ambiente festivo multitudinario. Ese día igual envíe 40 fotos a la redacción, pero la foto que se publicó fue la de dos tipos con barba que quemaban una bandera estadounidense y otra israelí. Sólo quemaron dos banderas en toda la semana que duró la celebración pero esas imágenes fueron las que destacaban las portadas de los periódicos. Eso provoca mucha frustración. Yo estaba viviendo en Gaza, muy integrado y conectado con la gente de allí, sabía lo que querían y cómo son, nada radicales ni mucho menos y ves que tu trabajo no refleja eso y que se utiliza para crear una imagen que no es la real. Esa foto era un retazo, una anécdota que convirtieron en generalidad y eso es engañar a la gente y para ello utilizan nuestras fotografías (El diario.es, 25/08/2013)

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2 respuestas a La imagen en periodismo

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