No tengo nada contra la belleza. De hecho, me parece muy bien. Sin embargo, quizá la belleza no sea el requisito inexcusable a la hora de elaborar un plan de estudios para el instituto o la universidad. He leído recientemente en Amazings una hilarante entrada de @aberron, que, con el telón de fondo de un intenso debate producido por las sandeces que les pasan por la cabeza a las misses acerca de la necesidad de enseñar evolucionismo o creacionismo en la escuela, presenta una parodia de «La tetera de Russell» sobre la inclusión de las mates en el currículo de los centros de enseñanza.
Este es el resultado:
Debemos agradecer que por lo menos no dicen que Platón inventó los platos, como Confucio la confusión.
Tampoco hablemos de hombres y mujeres, se complementen o no, al derecho o al revés. Aquí, indudablemente de modo sexista y hasta misógino, solo hemos presentado al género femenino diciendo tonterías. Tampoco creo que haga falta mucho esfuerzo para localizar a algún hombre embarrado en palabras bobas. Pero lo dejamos para otro día. Por hoy solo reconoceremos los buenos sentimientos de nuestra última protagonista, capaces, por ventura, de reconciliarnos con el género humano del que estábamos a punto de borrarnos. Es mucho más de lo que se puede decir de una parte importante de los políticos.
Tranquilación 
Pingback: Otro bonito palabro ya está aquí | Tranquilación
Solo espero que no les den un arma a estas muchachas