Uno de los episodios más sonrojantes del periodismo de los últimos años ha sido la delirante crónica sobre la huelga del 14 de noviembre de 2012 que Hermann Tertsch realizó para Telemadrid y que pasará a los anales de la vergüenza. El periodista, por llamarlo de alguna manera, ni corto ni perezoso, en vista de que no iba a poder grabar precisamente porque se iba a producir una huelga, lo hizo la tarde del día anterior. Eso no significaría nada si no hubiese lanzado sus dardos contra la huelga del día siguiente.
«España tiene los mismos problemas que hace 24 horas», dijo; y: «La huelga estaba condenada al fracaso. El objetivo de la huelga era disparatado y por eso estaba condenada al fracaso». Estos son algunos fragmentos de lo que el conspicuo comentarista, opinador oracular, excelso conocedor de sí mismo y de todo lo visible y lo invisible, pensaría mañana, a la vuelta de 24 horas, sobre la huelga una vez se produzca.
Aquí, el tratamiento de la noticia en El Mundo y en el telediario de la Sexta, para que veáis que la realidad supera a la ficción y que esto no sale de mi caletre.
Estrambótica fue también su huida hacia adelante, digna de un astrólogo metido a periodista de medio pelo de unos 10 años de edad, como máximo.
- Justificación de lo injustificable por parte de H. T. en su cuenta de Twitter
Tranquilación 
Pingback: Periodismo y honestidad | Tranquilación