Palíndromos


Uno de los juegos de palabras más sorprendentes es el palíndromo. Significa, en sentido etimológico, `hacer la carrera otra vez´, es decir, recorrer la palabra por donde se ha venido pero en sentido inverso, pues el resultado es el mismo. Son palabras o frases capicúas. Algo así como Adán no calla con nada, que, cuando le damos la vuelta como a un calcetín, vuelve a hablarnos de tan locuaz personaje, si bien quienes estamos leyendo el Diario de Adán y Eva de Mark Twain en clase, sabemos perfectamente que la que parlotea es Eva.

La cosa viene de antiguo. Prueba de ello es que se conocen algunos frecuentados en latín, como Signa temere me tangis, e incluso se dispusieron en forma de cuadrado mágico:

S A T O R

A R E P O

T E N E T

OP E R A

R O T A S

Hace muchos años ya tuve noticia de ellos por un cuento de Cortázar «Satarsa la rata», que al revés decía: atar a las ratas. Pero se trata más bien de un anagrama que de un palíndromo. Tiempo después, leí a Monterroso, y me interesé definitivamente por esta bobada. Uno empieza sorprendiéndose de palabras sueltas que cumplen estas condiciones y acaba perdiendo los papeles en competiciones los amigos a ver quién creaba el palíndromo más exótico, o el más largo, como confiesa Augusto… No me imagino yo con los míos en tan peliagudo trance durante la adolescencia.

Uno de los más citados, conocidos y antiguos en castellano, dice: Dábale arroz a la zorra el abad. Podéis comprobar que se lee igual de derecha a izquierda. Pero hay palabras que encierran un palíndromo, como Reconocer o Sometemos, y hay que reconocer que otras ocultan posibilidades sin cuento, como Amor / Roma. Pero, como decía, la cosa se nos ha ido de madre y, cual buscadores de oro en el río Missisipí, hay quienes se han aplicado al descubrimiento de las posibilidades palindrómicas de nuestro vocabulario. Dejo unas muestras:

A ti no, bonita.

Nada, yo soy Adán (de Guillermo Cabrera Infante)

Madam, I’m Adam (James Joyce en el Ulises) 

Átale, demoníaco Caín, o me delata (usado por Julio Cortázar, atribuido en algunas fuentes a Juan Filloy)

Ateo por Arabia iba raro poeta (de Juan Filloy)

Arte para Petra.

Sara, a la rusa rasúrala a ras.

La ruta nos aportó otro paso natural.

¿Acaso hubo búhos acá? (de Juan Filloy)

Omite ese étimo (este es solo para filólogos)

Se van sus naves.

Allí si María avisa y así va a ir a mi silla.

Allí por la tropa portado, traído a ese paraje de maniobras, una tipa como capitán usar boina me dejara, pese a odiar toda tropa por tal ropilla. (de Luis Torrent)

O, buceando y buceando, Ricardo Ochoa ha llegado a excesos como este:

Adivina ya te opina, ya ni miles origina, ya ni cetro me domina, ya ni monarcas, a repaso ni mulato carreta, acaso nicotina, ya ni cita vecino, anima cocina, pedazo gallina, cedazo terso nos retoza de canilla goza, de pánico camina, ónice vaticina, ya ni tocino saca, a terracota luminosa pera, sacra nómina y ánimo de mortecina, ya ni giros elimina, ya ni poeta, ya ni vida.

Como los hay por doquier, no pretendo cansaros. Aquí hallaréis varios más. Entre otros, este poema palindrómico de Julio González Cabillón (1991)

LUZ AZUL

(Poema palindrómico)

Arde ya la yedra,
la moral, claro, mal.
No deseo yo ese don,
la tomo como tal.
No traces en ese cartón,
la ruta natural.

Arde ya la yedra,
la moral, claro, mal.
Amad a la dama,
la ruta natural.
¿Ávida de dádiva?
La tomo como tal.

Arde ya la yedra,
la moral, claro, mal.
¿Osar ropa por raso?
La tomo como tal.

¿O sacáis ropa por si acaso?
La ruta natural.

Arde ya la yedra,
la moral, claro, mal.
Átale, demoníaco Caín, o me delata.
La tomo como tal.
¡Ya… atar al raedor, y rodear la rata… ay!
La ruta natural.

Seguramente, estoy perdiendo el Norte y los delirios se acumulan. Friquis hay en todas las modalidades, pero ya se sabe, friqui se es o no se es. Peor es desde luego el caso de George Perec y su sonado Trace l´inegal palindrome, texto capicúa de seis folios, que consta de 1.270 palabras y más de 7.600 caracteres. Quizá no os suene por aquello de que resulta imposible de traducir, pero no pasa de muestra de ingenio, claro. Julio Médem, cuyo apellido está en el ajo, tomo el asunto de esta entrada como leit motiv de una letárgica película en que los personajes principales se llaman Otto y Ana, palíndroma a la sazón. Sin embargo, la palma se la lleva el autor de esta página, un tal Víctor Carbajo, que se presenta como compositor.

El fulano ha recogido 82.228 palíndromos españoles de 368 autores en un libro, entre ellos, los 48.051 que asegura haber creado, de los que deja una antología personal aquí. También nos señala que ha construido el palíndromo más largo del mundo, más que el que figura en el Libro Guiness de los récords, pues está formado por 140.721 letras y 22.132 palabras (todas diferentes, todas de 4 a 15 letras).

¡Jesús! Hay gente para todo. Que os divirtáis cotilleando estas páginas.

P.D.: Si os liais con una palabra o frase palíndroma, recuerda que solo tienes que pensar: sé verla al revés, y todo será igual.

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