Malditos refranes


Los refranes se supone que concentran la sabiduría popular en unas pocas palabras, pero puede que valgan lo mismo para un roto que para un descosido. Ni somos paremiólogos ni hemos podido disponer de tiempo para adentrarnos en un aspecto del Quijote que involucra este acervo cultural, que siempre ha llamado la atención y que merece algunas más de las palabras que haya podido dedicarle en clase: La variedad de registros.

Sancho no para de emitir refranes, algunos a cuento, otros no tanto, y en tal cantidad que marean al pobre caballero.

–No más refranes, Sancho –pide don Quijote–, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en desierto, y «castígame mi madre, y yo trómpogelas».

–Paréceme –respondió Sancho– que vuesa merced es como lo que dicen: «Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá, ojinegra». Estáme reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos.

–Mira, Sancho –respondió don Quijote–: yo traigo los refranes a propósito, y vienen cuando los digo como anillo en el dedo; pero tráeslos tan por los cabellos, que los arrastras, y no los guías; y si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito, antes es disparate que sentencia. Pero dejémonos desto, y, pues ya viene la noche, retirémonos del camino real algún trecho, donde pasaremos esta noche, y Dios sabe lo que será mañana.» (Segunda parte, capítulo LXVII).

Eso de que encierran el saber popular y de que han de seguirse a pie juntillas, resulta más que discutible, dicho sea de paso. Como hay ojos que de legañas se enamoran, cualquier situación varía el propósito de una máxima consolidada y donde el refrán tradicional dice –disculpen, señoritas– «la mujer honrada, la pierna quebrada y en casa», Sancho lo subvierte en «el buen gobernador, la pierna quebrada y en casa». Y aunque la mona se vista de seda, mona se queda, pero un palo compuesto no parece palo y el hábito no hace al monje; y además, un asno cubierto de oro mejor parece que un caballo enalbardado.

Me han prestado este curioso librillo, pero refranes de Sancho encontraréis en todos los rincones de internet.

 

 

 

 

 

Por otro lado, la influencia de Cervantes se extiende incluso al quid del chistecillo que arriba va. Fijaos en este pasaje de Eloísa está debajo de un almendro, de Jardiel Poncela:

 

 

 

 

 

 

 

No sois pródigos en refranes en vuestra generación, pero como a quien teniendo colchón duerme en el suelo, no hay que tenerle duelo, vosotros veréis. La mía, por lo menos, disfrutó de este coletazo de la movida, que es «Malditos refranes», de Gabinete Caligari. Lo dejo casi como testimonio histórico:

Me levanté temprano
pero Dios no me ayudó.
Anduve muy caliente
y la gente se rió.
No le miré los dientes
y qué poco me duró.
Dejé correr el agua
y la sed me consumió.
Pero al fin algo sí se cumplió:
quien bien me quiso sí que me hizo llorar.
¡Malditos refranes!
El último reí
pero no reí mejor.
Le puse buena cara
al mal tiempo y continuó.
Me arrimé a un buen árbol
y me sigue dando el sol.
Hice de Viridiana
y un pobre me la jugó.
Pero al fin algo sí se cumplió:
quien bien me quiso sí que me hizo llorar.
¡Malditos refranes!
No quiero escuchar más.
Malditos refranes.
Acude al refranero
si quieres encontrar
antídoto o veneno
para tu voluntad.
Aunque ya sabrás
si eres buen entendedor
que pocas palabras
bastarán entre tú y yo

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4 respuestas a Malditos refranes

  1. Pingback: En un lugar del Quijote y otras obras | Tranquilación

  2. Dimitri Kotossa dijo:

    Hola! Curiosos los refranes, siempre me han gustado. Ah! Y muy graciosa la letra de la canción.
    Es verdad, los refranes a veces aleccionan más bien poco. Será porque no me gusta madrugar?
    Hay parodias que molan mucho. Unos ejemplos:
    El que ríe el último, no entendió el chiste; más vale prevenir que bautizar; al pan, pan y al fondo a la derecha; el que madruga encuentra todo cerrado; a palabras eléctricas, oídos desenchufados; a caballo regalado, muchas gracias; cuando el río suena es que un músico se está ahogando; todo tiempo pasado fue anterior; no por mucho madrugar, amanece que no es poco…
    ¿Alguien me sigue? 🙂

    • ernestoprofe dijo:

      Muchas gracias, Dimitri. Y las traducciones, paródicas o no, de refranes y frases hechas: From lost to the river y demás; there’s many a slip between de cup and the lip. A ver si mis alumnos conocen más…

      • Serafín Ikito dijo:

        No tiene mucho que ver, profe, pero al leer esos refranes en inglés, me he acordado de una pancarta que leí en Londres a un grupo de defensores de los animales: «Is not funny to gas a bunny» jajaja pobres conejos. Pero era de esas rimas buenas, buenas como tantas otras.

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