El sujeto y el sintagma nominal (apuntes urgentes para alumnos de 1º de ESO)


El sujeto y el sintagma nominal

(apuntes urgentes para alumnos de 1º de ESO)

 

  1. EL SUJETO:

La oración es un enunciado (es decir, un conjunto de palabras con sentido completo) que se caracteriza por el hecho de que se establece la concordancia entre sus dos componentes, el sujeto y el predicado.

  • Recordamos: La concordancia consiste en la identidad de rasgos gramaticales. En este caso, los rasgos serán persona y número.
  • Seguimos recordando: Hay tres personas: la primera corresponde al hablante o emisor; la segunda, al oyente o receptor del mensaje; la tercera es todo lo demás. El número puede ser singular o plural.

 

Enunciados y oraciones

 

Todas las oraciones son enunciados, pero no todos los enunciados son oraciones. En la imagen, el círculo blanco representa todos los enunciados oracionales. La corona de color azul, por su parte, los enunciados no oracionales. La circunferencia exterior delimita el conjunto total de los enunciados, que es la suma de unos y otros.

Las oraciones aportan un verbo siempre. Los enunciados no.

Ejemplos de enunciados: ¡Muy bien!, ¡Ay! ¡Gol!

Ejemplos de oraciones: Ha estado muy bien; me has hecho daño; ha sido gol

La oración, pues, se define por la presencia de dos elementos que tienen rasgos gramaticales en común. La concordancia implica que los rasgos de persona y de número del verbo equivaldrán a los rasgos de persona y de número del sujeto o, más concretamente, del sustantivo más importante que aparece en él.

Ejemplos:

  1. Yo hablo: los rasgos del sujeto YO (1ª persona de singular) coinciden con los rasgos del verbo HABLO (1ª persona de singular).
  2. Vosotros habláis (concordancia de 2ª persona de plural)
  3. Él habla (concordancia de 3ª persona de singular)
  4. El perro ladra: El sujeto, EL PERRO, que no es ni 1ª ni 2ª persona, pues ni habla ni escucha, es 3ª persona. Su número es singular porque es uno solo. Si, por otro lado, conjugamos el verbo ladrar en presente, observamos que se trata de la 3ª persona del singular, por lo que hay coincidencia de rasgos: Yo ladro, tú ladras, él LADRA.

Cuando tengamos dudas sobre si un elemento de la oración es el sujeto, debemos cambiar alguno de los dos rasgos, el número o la persona, sin modificar el verbo.

Cambiamos la persona: YO / NOSOTROS ladra. La oración resultante de romper la concordancia de persona es incorrecta, así que ese elemento es el sujeto.

Cambiamos el número: LOS PERROS ladra. La oración que nos queda es errónea.

Por otra parte, en castellano no es obligatoria la presencia explícita del sujeto. Cuando el sujeto se sobreentiende pero no figura en la oración se denomina sujeto elíptico u omitido. También se puede llamar sujeto elidido. Cualquiera de esos nombres es correcto.

  • El niño juega al fútbol todos los viernes
  • Juega al fútbol todos los viernes

En la segunda oración no vemos el sujeto, pero sabemos que debe concordar con el verbo en 3ª persona del singular, y que se sobreentiende. Por eso solemos recuperarlo con el pronombre personal que corresponde a la persona y número en que aparece el verbo, en este caso, como decimos, la 3ª persona de singular, es decir: ÉL.

Juega al fútbol todos los viernes ………… (Él/Ella) juega al fútbol todos los viernes.

 

  1. EL SINTAGMA NOMINAL:

Todos los sujetos son sintagmas nominales. Ningún sujeto puede llevar delante una preposición o ser un conjunto de palabras alrededor, por ejemplo, de un adverbio. Por eso, vamos a ver qué es un sintagma nominal.

Ya sabéis que para desempeñar las funciones oracionales (Sujeto, CD, CI, CC, etc.) las categorías gramaticales deben organizarse en una estructura jerarquizada alrededor de un núcleo que llamamos sintagma. Esto es tanto como decir que para abordar el salto de la morfología a la sintaxis hay que dar un paso intermedio, el estudio del sintagma.

El núcleo es la parte más importante de cualquier sintagma; tanto que sin núcleo no hay sintagma. En la jerarquía del sintagma, es quien manda más. Por todo eso, el núcleo es una categoría gramatical que da naturaleza y nombre al sintagma: el núcleo de un sintagma nominal será un nombre, el de un sintagma adjetival, un adjetivo, el de un sintagma adverbial, el adverbio, y así sucesivamente.

En el sintagma nominal, como decimos, el núcleo será un nombre común o un nombre propio y también puede aparecer en esa posición un pronombre (porque sustituye al nombre).

Ejemplos de sintagmas con distintos núcleos:

  • Con nombre propio: Juan, Adidas, Madrid, etc.
  • Con pronombre: Yo, dos, esos, alguien, etc.
  • Con nombre común: El niño, mi gato, esas mesas, varias personas, ¡qué casa!, ¿qué bolígrafo?

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La segunda función sintagmática del sintagma nominal se llama determinante. Esta función solo puede desempeñarla la categoría gramatical que denominamos determinante. No es lo mismo el determinante como categoría gramatical que como función del sintagma. El primero pertenece a la morfología mientras que el segundo está en el ámbito de la sintaxis. Se llaman igual, pero no son lo mismo. ¿Cuántos conocéis a dos compañeros con el mismo nombre? ¿A que no son el mismo ser humano?

  • Recordamos las clases de determinante: artículo, demostrativo, posesivo, numeral, indefinido, exclamativo e interrogativo.

El determinante, como función sintagmática, no manda tanto como el núcleo, pero es imprescindible si en el núcleo tenemos un nombre común para formar un sujeto válido.

Ejemplos de oraciones mal formadas por carecer de determinante:

*Casa está a la vuelta de la esquina

*Casa azul está a la vuelta de la esquina

Necesitamos el determinante cuando el núcleo está ocupado por un nombre común:

La casa está a la vuelta de la esquina

La casa azul está a la vuelta de la esquina

Pero no cuando se trata de un nombre propio o de un pronombre, pues en esos casos no se puede incorporar al sintagma ningún otro elemento:

Nombre propio:

  • Juan tiene dos hermanas
  • *El Juan tiene dos hermanas

Pronombre:

  • Yo tengo dos hermanas
  • *El yo tengo dos hermanas

El tercer componente del sintagma nominal es el adyacente. Se trata de una función que no resulta imprescindible para formar el sintagma. Como adyacente podemos encontrar un sintagma adjetival o un sintagma preposicional.

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La única estructura que vamos a ver de sintagma adjetival es la que ilustramos en el cuadro, es decir, la de un sintagma que solo contiene un núcleo ocupado por un adjetivo. En cambio, la estructura del sintagma preposicional contendrá siempre dos funciones sintagmáticas: el enlace y el término. Entendemos por sintagma preposicional aquel que empieza por una preposición y termina con otro sintagma nominal.

Decimos que la preposición funciona como enlace porque une dos sustantivos, uno que la precede y otro que va después. El término es el lugar final al que se llega, la última parada de este tren. La naturaleza del término será de nuevo la de otro sintagma nominal.

El hecho de que un sintagma se encuentre dentro de otro recibe el nombre de incrustación. La propiedad que permite introducir un nuevo sintagma y reproducir siempre la misma estructura es la iteración.

 

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Algunos ejemplos para trabajar el análisis sintagmático. Explica las funciones de cada categoría gramatical como en el modelo que tienes a continuación:

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  • Mi artista favorito
  • La foto de Marisa
  • El trozo de queso con moho
  • Tres
  • La pantufla bajo la cama
  • El viaje desde Madrid
  • Qué desgracia enorme
  • Gertrudis
  • ¿Cuántos alumnos de la clase?
  • La casa de la esquina de la calle de mi primo preferido

 

Para que podáis imprimir esta entrada fácilmente, os dejo este PDF:

El sujeto y el sintagma nominal para 1º de ESO

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