Para ilustrar brevemente la evolución poética de Rubén Darío, vamos a leer algunos poemas de distintos momentos de su trayectoria. Comenzaremos con lecturas de Azul (el cuento del libro de texto pertenece a este libro) y Prosas profanas, para terminar con Cantos de vida y esperanza. No son estos los únicos libros del creador más grande del Modernismo, pero me parecen representativos del conjunto de su obra.
Podemos iniciar este camino con poemas como «Sonatina» o «Canción de Otoño en Primavera«, archiconocidos, pero considero de mayor interés a nuestros propósitos la lectura de «Blasón».
El mejor poema de esta época es el «Coloquio de los centauros». Su extensión y complejidad hacen imposible una lectura comentada por extenso en clase, pero sería buena idea que lo leyerais, si os gustan los retos. Algo diré, de todas maneras.
Yo persigo una forma
Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
el abrazo imposible de la Venus de Milo.
Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.
Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;
y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.
LAS ÁNFORAS DE EPICURO
AMA TU RITMO…
Ama tu ritmo y ritma tus acciones
bajo su ley, así como tus versos;
eres un universo de universos
y tu alma una fuente de canciones.
La celeste unidad que presupones
hará brotar en ti mundos diversos,
y al resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.
Escucha la retórica divina
del pájaro del aire y la nocturna
irradiación geométrica adivina;
mata la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla cristalina
en donde la verdad vuelca su urna.
«Yo soy aquel que ayer…»
Yo soy aquel que ayer no más decía El dueño fui de mi jardín de sueño, y muy siglo diez y ocho y muy antiguo Yo supe de dolor desde mi infancia, Potro sin freno se lanzó mi instinto, En mi jardín se vio una estatua bella; Y tímida ante el mundo, de manera Hora de ocaso y de discreto beso; Y entonces era la dulzaina un juego Con aire tal y con ardor tan vivo, Como la Galatea gongorina todo ansia, todo ardor, sensación pura La torre de marfil tentó mi anhelo; Como la esponja que la sal satura Mas, por gracia de Dios, en mi conciencia Mi intelecto libré de pensar bajo, ¡Oh, la selva sagrada! ¡Oh, la profunda Bosque ideal que lo real complica, Perla de ensueño y música amorosa Allí va el dios en celo tras la hembra, El alma que entra allí debe ir desnuda, Vida, luz y verdad, tal triple llama Y la vida es misterio, la luz ciega Por eso ser sincero es ser potente; Tal fue mi intento, hacer del alma pura Del crepúsculo azul que da la pauta Pasó una piedra que lanzó una honda; La virtud está en ser tranquilo y fuerte; |
Cerraremos pasando por encima de «Salutación del optimista» y «¡Torres de Dios, poetas!», para concluir con «Lo fatal».
Lo fatal
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!…
profe dime klk entra en el examen de lengua de recuperacion de 4º
Lo mismo que en la última parte de la primera evaluación: Funciones del lenguaje, el Romanticismo y de sintaxis tanto la oración simple como las sustantivas y adjetivas. No sé si me dejo algo. Repasa tus notas. Suerte el viernes.