La moneda que cambió mi vida. Entrevista a Carmen Candioti


LA MONEDA QUE CAMBIÓ MI VIDA.

PARA ELEGIR SU CARRERA TIRÓ UNA MONEDA AL AIRE.

 Por Francisco Galende, Sandra Blanco, Sully Bonnelly, Ibai Calonge y Jorge Vindel (4ºESO)

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Ante todo muchísimas gracias por concedernos estos minutos. Tenemos unas cuantas preguntas preparadas, por supuesto, pero antes nos gustaría conocer algo más de ti.

Naciste en Argentina, si no me equivoco. Siempre y cuando no sea indiscreción, ¿por qué llegaste a España?

Por razones políticas, sencillamente.

¿Cómo te empezaste a sentir atraída por las humanidades?

Lo cierto es que siempre he tenido intereses muy amplios. Acabé el Bachillerato y comencé a estudiar la carrera de arquitectura, de hecho, cursé los tres primeros años pero no me veía realmente en la actividad profesional.

¿Cómo se generó ese cambio en tu vida, es decir, cómo pasas de estudiar arquitectura a hacer la carrera de filosofía?

Mis intereses siempre han sido muy amplios, siempre me ha gustado la ciencia, pero me apasionaba la filosofía, la historia, y la filología española, y como me daba lo mismo estudiar cualquiera de esas tres, dejé que el azar decidiera por mí lanzando una moneda al aire.

Respecto al mundo del trabajo, ¿cuándo comenzaste a dedicarte al mundo de la enseñanza?

Empecé en el último curso de la facultad, por aquella época solían realizar concursos internos, para que los estudiantes del último curso pudiesen colaborar en actividades docentes en algunas materias de primero y segundo para apoyar al profesor.

¿Qué te atrajo en un primer momento de la enseñanza?

Sobre todo el contacto humano, yo, en un primer momento, no me había planteado ser profesora. Más bien, pensaba dedicarme al mundo de la investigación,

La verdad es que bastantes profesores nos comentado su profesionalidad y que se vuelca mucho en sus alumnos.

Sí, es verdad. Durante el último claustro que tuvimos el año pasado monté un número a causa de los resultados obtenidos en la selectividad por los alumnos de este centro, que no eran los esperados. No pude contener la emoción y me eché a llorar, luego un compañero me dijo: “¡Carmen! ¿Pero cómo puedes llorar por que suspendan tus alumnos?”

Yo sé que es importantísimo y que en dos días y medio estás condicionando lo que puedas hacer en toda tu vida.

Y sí, lo cierto es que me gusta trabajar con locura.

Han dicho de usted que es una profesora “en vías de extinción”, ¿qué piensa al respecto?

Yo creo que, trabajes en lo que trabajes, hay que aprender a montarse la vida de modo que te sea satisfactoria. ¿Vosotros pensáis lo que supone, cada día, pensar, por la mañana, que vas a pasar por un calvario? Hombre, a veces hay razones, hay trabajos que no te humanizan, personas en situación de explotación… Pero nosotros tenemos muchas razones

¿En algún momento te has arrepentido de dedicarte a la enseñanza?

No, nunca, al menos no en lo profesional. He disfrutado mucho con cada una de las profesiones.

La época en la que me dediqué a las nuevas tecnologías realicé veinte unidades didácticas, reunidas en un libro, Del clavo al ordenador, y la verdad es que, a pesar del agobio, fue muy satisfactorio.

Nos han comentado que se ha dedicado a ser escritora y traductora, ¿podría hablarnos a cerca de ello?

Claro, como ya os he comentado antes, siempre me ha gustado mucho el mundo de la comunicación. Yo empecé a estudiar con, aproximadamente, cuatro años, y de hecho, aprendí a escribir gracias a que en la academia nos hacían redactar en inglés.

Aunque, la verdad, me da vergüenza hablar en otros idiomas, sólo lo hago en situaciones de vida o muerte.

Entré en el mundo de la traducción gracias a una amiga.

Y en cuanto a las traducciones, ¿qué has hecho?

Pues, he traducido obras del inglés y el italiano al español.

Las más importantes son…

¿Continúa actualmente traduciendo libros?

No, la última traducción que realicé fue en el 87.

¿Cómo llegó a impartir clases de filosofía y ética en nuestro instituto?

Primero hice un concurso de oposición, voy a ser poco modesta, gané con el número uno.

El día que fui a ver la nota final, miré los listados y le dije a mi marido, Eduardo, “he suspendido” y me dijo “¿pero cómo vas a suspender?, ¡qué tonta eres!”. Entonces, miré el primer puesto de la lista y decía “Carmen Candioti: 10”

Realicé otro concurso y cogí plaza en Rosa Chacel, pero fui a trabajar en administración y volví hace 5 años.

El otro día nos comentó en clase que por ley el año que viene ya debe jubilarse.

Sí, pero no quiero, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja. Aunque, tengo que reconocer que me hace falta descansar y quiero pasar más tiempo con mi familia, aquí y en Argentina.

Seguiré estudiando, es una necesidad casi vital, e impartiendo clases a personas mayores analfabetas en Paracuellos, que no supone mucho tiempo.

¿Qué le gusta hacer en sus tiempos libres?

Leer, escuchar música, correr, cocinar, dibujar, ver cine, de todo, hacer compras…

¿Cómo describirías tu vida en una sola palaba?

Bueno, ¡qué complicado!, ja, ja, ja, ja, pues, trabajo y satisfacción.

Nos han comentado también que conoce al Papa.

¡Jo, qué cotillas! Ja, ja, ja.

 Sí, fue profesor de mi hermano, de literatura española. Le mandó leer un libro, Las sandalias del pescador, porque le vio por los pasillos en horario de clase y le mandó, entonces, hacer un resumen de este libro para el día siguiente. Y ya que teníamos prometido los dos protegernos mutuamente, terminé haciendo yo misma este resumen. Al día siguiente, cuando mi hermano se lo entregó, Bergolio le dijo que si no se había dado cuenta de que era una broma, una de las tantas que éste se dedicaba a hacer.

En una reunión de ex alumnos se volvieron a encontrar y mi hermano le dijo que si se acordaba de aquel resumen, y le confesó que había sido yo la escritora. A partir de eso nos conocemos.

¿Alguna otra anécdota?

Ah, ¿no os comenté lo del bolígrafo de oro?

Pues un día, en clase, ya sabéis que tengo la costumbre de coger bolis de los alumnos, pedí uno y sin darme cuenta, al final de la clase lo metí en el bolso automáticamente. La semana siguiente apareció la alumna tímidamente pidiéndome el bolígrafo. Yo, le dije que no se preocupase, que le compraría otro, entonces me explicó que era de oro, un regalo de sus padres. Yo asustadísima me puse a buscarlo como una loca y finalmente lo encontré dentro del bolso.

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5 respuestas a La moneda que cambió mi vida. Entrevista a Carmen Candioti

  1. viajandoalleer dijo:

    Buena entrevista. 😀
    Si quieres, puedes pasarte por mi blog:
    http://viajandoporelmundoalleer.wordpress.com/
    También estoy participando en el concurso.
    Saludos desde Colombia. 🙂

  2. Francisco G. 4A dijo:

    Ernesto, adjunto los títulos más importantes de los que es traductora:
    -El secreto de los estudios de Kellerman. (Ken Follet).
    -Basil de Baker Street. (Eve Titus).
    -Signos, símbolos, códigos secretos. (Piero Marcolini).
    -La filosofía política en la escuela de Frankfurt. (George Friedman).
    Posee, también, obras propias como:
    – Guía didáctica «del clavo al ordenador.»
    – Antología de cuentos fantásticos del siglo XIX.

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